Durante mi recorrido al hotel pude apreciar un hermoso cielo azul y una orquesta de sonidos orgánicos que simplemente me relajaban con su perfecta melodía.
Simplemente un fin de semana fue suficiente para escapar de la rutina, cerca de 850 especies de aves son endémicas de este país, a los que se suman más de 200 mamíferos y 13 mil tipos de plantas. Lo que más me impresiono fueron los insectos, estar aquí es disfrutar y vivir en la misma tierra con 365 mil especies de insectos y arañas.
Es increíble tanta diversidad, si tenemos en cuenta que su territorio es de apenas 50 mil kilómetros y 4 millones de habitantes.
Despertar en Lapa Ríos fue una experiencia inolvidable, amanecer con un mono capuchino aullando en la ventana no me incómodo para nada, lo mejor de este alojamiento es su preocupación por su entorno y la conservación de la naturaleza, cosa que adoré. El 70% de este lugar está construido con material reciclado.
Aunque mi experiencia en Costa Rica fue breve, debo agradecer la oportunidad de vivir la realidad del turismo responsable.